Matamoros, Tamaulipas.- Un hombre que se dedicaba a recolectar botes de aluminio junto a su mascota, fue encontrado sin vida en el Fraccionamiento Los Ángeles en Matamoros y junto al cadáver estaba su perro, que cuidó del cuerpo de su amo hasta que llegaron las autoridades.

Los hechos ocurrieron en la Avenida Los Ángeles y Poderes del fraccionamiento antes mencionado, donde quedó en la banqueta el cuerpo sin vida de Tomás, de 57 años de edad, residente del Fraccionamiento Palo Verde.

El hombre se dedicaba a recolectar botes de aluminio y fierro viejo, que llevaba en un carreola y siempre andaba acompañada de su fiel mascota.

Vecinos de dicho sector de la ciudad, refirieron que en horas de la mañana vieron al hombre que se recostó en la banqueta de dichas calles y de igual forma lo hizo su fiel mascota.

Para las 15:00 horas notaron que el hombre no se había levantado, por lo que se les hizo muy extraño y decidieron llamar a los paramédicos para que lo revisaran.

Socorristas de Protección Civil (PC) atendieron el reporte y al llegar al sitio hallaron al hombre tendido en el suelo, y al revisarlo comprobaron que ya estaba sin signos de vida.

Junto al cadáver del infortunado hombre estaba su mascota, un can de corta edad de pelaje amarillo que no se despegaba ni un instante del cuerpo sin vida de su amo.

A los pocos minutos arribaron los elementos de la Unidad Investigadora de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) en esta frontera, para tomar conocimiento de los hechos.

También arribó personal del Departamento de Servicios Periciales, quienes se conmovieron al ver al perrito junto al cadáver de su amo. 

Una vez que las autoridades se llevaron los restos de la víctima, el can se retiró tristemente sin rumbo alguno, destinado a ser un perro callejero sin dueño.

RECLAMAN EL CUERPO 

Cabe mencionar que los hermanos del ahora occiso se encargaron de realizar el reconocimiento del cadáver y aseguran que a Tomás le gustaba el agua ardiente (huachicol).

Manifestaron que en muchas ocasiones hablaron con él para que dejara el alcohol, pero nunca hizo caso hasta que el huachicol lo llevó a la muerte. 

Afirmaron que se ganaba la vida recorriendo las calles de las colonias al oriente de la ciudad, en busca de botes de aluminio y fierro viejo, para venderlos en las comercializadoras y obtener dinero para comprar su vicio.

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